Espiritualidad
EL MISTERIO DEL HOMBRE SOLO SE ESCLARECE EN EL MISTERIO DEL VERBO ENCARNADO (Gaudium et Spes, 22)
PRIMACÍA DE JESUCRISTO
PREEXISTENCIA DE LA PERSONA DEL VERBO
EL MISTERIO DEL VERBO ENCARNADO
En fin, quisiéramos que nuestra espiritualidad pudiera ser sintetizada así:
No Jesús o María; no María o Jesús.
Ni Jesús sin María; ni María sin Jesús.
No sólo Jesús, también María;
ni sólo María, también Jesús.
Siempre Jesús y María; siempre María y Jesús.
A María por Jesús: He ahí a tu Madre (Jn 19,27).
A Jesús por María: Haced lo que Él os diga (Jn 2,5).
Primero, Jesús, el Dios-hombre;
pero luego María, la Madre de Dios.
Él, Cabeza; Ella Cuello; nosotros, Cuerpo.
Todo por Jesús y por María; con Jesús y con María;
en Jesús y en María; para Jesús y para María.
En fin, sencillamente: Jesús y María; María y Jesús.
Y por Cristo, al Padre, en el Espíritu Santo.
1 Constituciones, 36-47.
2 Pablo VI, Evangelii nuntiandi, nº 22.
3 Cf. Gen 1, 26.
4 Cf. Sal 89,1.
5 San Agustín, De Trinitate, XIII, 9.
6 Cf. Jn 15,5.
7 Cf. Jn 14,6.
8 LG, 1.
9 Juan Pablo II, Alocución, en la visita al Pontificio Ateneo Antonianum de Roma, a los profesores y alumnos (16/01/1982), 5; OR (31/01/1982), p. 19.
10 Juan Pablo II, Alocución Dominical (06/09/1981), 1; OR (13/09/1981), p. 1.
11 Juan Pablo II, Alocución Dominical (02/08/1981), 2; OR (09/08/1981), p. 1.
12 “Lo que no fue tomado tampoco fue redimido”, cf. AG 3, nota 15.
13 Cf. Lc 2,51.
14 Cf. Lc 2,42.
15 Cf. Jn 1,14.
16 Constituciones 12